¡Hola! Con este post empieza una nueva serie sobre la Medicina Tradicional Oriental, su acople en el mundo occidental, y empezamos a mostrar las aplicaciones clínicas. Todo este conocimiento es la evolución del conocimeinto del mundo que nos legaron los Antiguos y lo que hemos podido hacer con ello.

Empiezo por tres palabras que habitualmente se emplean como sinónimos, pero que en mi opinión, representan conceptos completamente diferentes.

Empezemos por Medicina Natural. Existe una asociación entre Natural y “no dañido” “inocuo” “inofensivo”. En mi opinión es una construcción social de un concepto, que permite que limpiadores, detergentes, y suplementos de diversos tipos sean vistos como ” naturales”, es decir carentes de toda capacidad de dañar. La palabra natural de por si sola, no es un sello de garantía de inocuidad o de funcionamiento.

Este concepto “Natural”es empleado cada vez más para reforzar la construcción social de inocuidad, escondiendo por debajo un gran manto de conocimiento o desconocimiento sobre lo que se pretende que sea natural. Dando un ejemplo concreto Una fuente natural de Cianuro la podemos encontrar en algunas variedades de yuca. Creo que nadie duda de lo natural de la yuca, ni de lo poderoso que es este veneno.

Medicina Alternativa: acá tenemos una herramienta poderosa. Estamos hablando de una medicina que se alterna con otras, o que al menos representa el mismo nivel de efectividad. Acá estamos equiparando herramientas diferentes, tan disímiles como el paracetamol y el caldo de la abuela. Ambos sirven para tratar una gripe, pero cuando uso el concepto de alternativo, refuerzo el concepto de excluyente de ” una cosa o la otra” y esto puede ser complicado o incluso peligroso cuando se emplea mal.

En mi experiencia, existen herramientas disímiles para tratar la misma patología (ojo acá no me refiero a cosas que comprometan la vida como un Infarto, estadíos avanzados de cáncer etc) Estas pueden ser usadas por profesionales competentes, explicando al paciente las ventajas y desventajas de usar uno u otro método. Rigurosamente. Así se podrá evaluar la efectividad de lo prescrito en el paciente y sugerir cambios de ser necesario.

El último concepto al que me voy a referir es al de Medicina Complementaria. Acá hacemos una combinación de dos ideas fundamentales. La primera idea es la de sustituir o suplementar al paciente con la “parte o pieza” deficiente, mientras que la segunda idea consiste en hacer que el paciente, por sus propios mecanismos, logre funcionar de manera óptima en todo momento.

En mi opinión esta es la mejor opción, pues permite aprovechar lo mejor de cada método terapéutico, siempre que no haya interacciones peligrosas para el paciente. Un ejemplo de esto es cuando un paciente va a rehabilitación. El médico especialista en Medicina Física y rehabilitación recibe, habitualmente, al paciente cuando el resto de los especialistas médicos han concluído su trabajo. Le toca recuperar la función o la capacidad perdida y para ello emplea todas las herramientas a su alcance. Acá es donde todas las medicinas del mundo se pueden dar la mano sin inconvenientes.

Otra opción del empleo de la Medicina Complementaria es en la Atención Primaria de Salud, donde , usando todas herramientas al alcance del médico familiar, se preserva la salud y la interacción del individuo con su entorno. Esto favorece la salud del individuo y de la sociedad.

Hasta aquí el post de hoy, déjame tus conclusiones en los comentarios.