La Medicina Tradicional Oriental es muy rica en matices. Cuando llega el paciente a la consulta la Filosofía, la Historia, las Matemáticas y las propias habilidades del Acupuntor se conjugan para realizar una lectura del ser humano que sufre. El resultado obtenido, a veces al primer vistazo, informa posibilidades diagnósticas y terapéuticas que serán ejecutadas ( o no) mayormente por… el propio paciente. El significado de este encuentro varía si se realiza en un niño, un adulto o si se hace acupuntura al final de la vida

La consulta

Cada cual llega a su propio ritmo, con sus propios tiempos y esperanzas, sus ilusiones, sueños y negaciones. Estas últimas son las más peligrosas: cuando el paciente se niega a aceptar su diagnóstico y «huye», pierde tiempo valioso. Esto tiene un significado especial cuando se hace acupuntura al final de la vida

A veces los consultantes llegan a la consulta expresando su fe en un sistema que conocen poco, pero confiados en la labor curativa del profesional que los atiende. Acá el acupuntor debe tener cuidado, pues la «magiapuntura» no existe. Esto, explicado de manera correcta, permite usar los adelantos del siglo XXI además de todo el conocimiento milenario de la Medicina Tradicional Oriental

También llegan personas que ven en la Medicina Tradicional Oriental una forma de vida, y esperan un terapeuta lleno de sabiduría médica y de vida. Estos son los pacientes que más entusiasmo aportan a su proceso de curación. El terapeuta entonces comienza su proceso de lectura de vida del usando las herramientas de la propedéutica tradicional.

Mediante el interrogatorio y el examen físico el acupuntor se convierte en alguien que viaja por la vida del paciente. Al descifrar los atascos en la red de canales y colaterales, escarbando en los sucesos que se alojan en tal o más cual órgano; se es confidente de la aventura de la Vida.

En este viaje con el paciente intentaremos comprender los mecanismos fisiopatológicos que lo alejan de su estado óptimo de salud. Intentaremos comprender las decisiones tomadas, el entorno en que vive, los crecimientos espirituales (o no) y las oportunidades que ha tenido en la vida. Observamos, sin juzgar, un organismo vivo, cambiante y que escoje como vivir al compás del cosmos. Una vez identificado el mecanismo fisiopatológico del paciente, el rol del acupuntor es ayudar, sin interferir, a encontrar una solución que devuelva la salud perdida.

Los cambios propuestos llevan trabajo del paciente, pues este es responsable de su propia salud. El acupuntor lo ayudará a encontrar la voluntad para tomar ese cocimiento de sabor indescifrable, a realizar esos ejercicios dos veces al día o comer determinado alimentos. También indicará consultas de seguimiento donde evaluará el progreso del paciente.

Siempre se realizará una evaluación completa del paciente tratando de llegar cada vez a la raiz del problema. En cada consulta el paciente será distinto, y diferente también será el mapa que nos muestra sobre su patología. El tratamiento es diferente cada vez…

También será necesario usar agujas, ventosas o sangrías para restablecer el adecuado flujo de Qi del organismo. Aquí viene una interrogante obligada para terapeutas y pacientes: ¿duele la acupuntura?

¿Debe doler la acupuntura?

Existen diferentes respuestas para esta pregunta, todas dependen de la escuela, de la cultura poblacional y de la habilidad del acupuntor. Considero importante que no haya dolor en el momento de la punción. El paciente debe sentir que «algo» atraviesa la piel y eso es todo. En mi opinión el dolor indica un disturbio en el Qi, que no es parte del impulso curativo. El organismo empleará energía para contrarrestar esta información anómala en forma de dolor.

En términos de Qi, esto hace su tratamiento menos eficiente

Desde el punto de vista del paciente, mientras va recibiendo las agujas puede sentir sensación de calor, frío, parestesias etc. Si siente que alguna aguja pincha o es molesta debe comunicarlo de inmediato para rectificar la punción. El dolor, al menos en nuestra Escuela Hoa Thien Duong, no es parte del tratamiento. Una vez que las agujas empiezan a realizar su efecto es muy común que el paciente tenga un sueño corto, altamente reparador.

Al finalizar nuestro trabajo de acupuntura debemos lograr un cambio a nivel físico, mental y espiritual. Cada vez que eso pasa, el paciente siente una deliciosa sensación de bienestar y serenidad y nosotros sabremos que trabajo realizado fue correcto.

Acupuntura al final de la Vida

Mientras hay vida se pueden manejar con equilibrio y calma los tiempos de consultas. Las situaciones antes descritas ocurren en la consulta de manera rutinaria. Sin embargo ¿Que se puede hacer al final de la Vida, cuando somos llamados a evaluar a personas que no les queda mucho tiempo? ¿Se puede hacer acupuntura al final de la vida?

Acá hay situaciones variadas. La muerte llega independientemente de la edad, sexo, posición social o color de la piel. Es diferente evaluar a un niño sin consciencia de la muerte, que a un anciano, que a un adulto en la edad media. Como acupuntores debemos sumarnos a la beneficencia, no maledicencia y enfrentar una situación donde la muerte tendrá la última palabra. El paciente debe llegar sin dolor, sin miedos, con dignidad y valentía.

No siempre ocurre así. En lo particular pienso que una de las situaciones más delicadas es cuando el paciente consciente está con la autoestima en el piso, con remordimientos, inconforme con la vida llevada, arrepentido de sus actos, arrepentido de su vida, de sus acciones e inacciones. Cuando se ha perdido la oportunidad de rectificar, la vida duele.

Acá toca preparar al paciente para la muerte, liberando culpas traumas y karmas, armonizando al Hombre que aún vive entre el Cielo y Tierra. Esto lo puede lograr la acupuntura al final de la vida

Es importante usar la energía de la Tierra para digerir ese golpe de vida de los que el paciente se arrepiente. Hacer esto permite que el alma continúe su evolución humana sin mirar atrás, sin convertirse en un fantasma que pene sus culpas en el reino de los vivos.

Una solución práctica es punturar Bazo 8 (Eje de la Tierra) junto a Estómago 25 (Eje Celestial). Podemos usar un poco de moxa de ser preciso por tiempos cortos. Manipular el Qi del paciente en estas condiciones dependerá de la habilidad de cada acupuntor. Su efecto permite alinear nuestra consciencia, enraizarla en el planeta, y aceptar sin dolor , con entereza y gran autoestima nuestro paso por ese camino, donde sin huellas, se dejó la vida entera

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